La Corona Británica se encuentra sumida en la sorpresa y la preocupación tras la revelación de dos diagnósticos de cáncer en menos de dos meses. A fines de enero, el Rey Carlos III, de 75 años, fue sometido a un procedimiento por una hipertrofia de próstata, que posteriormente se confirmó que estaba vinculada a “un tipo de cáncer”. Ahora, la atención se centra en la Princesa de Gales, Kate Middleton, quien anunció que también enfrenta la enfermedad y ha comenzado la quimioterapia.
El anuncio de Middleton generó revuelo debido a su reciente ausencia pública y la aparición de una fotografía retocada. Los medios británicos y del mundo han descrito la noticia como un momento de “shock” y elogiaron la valentía de la princesa por hacer pública su lucha contra la enfermedad.
El informe oficial sobre la condición de Carlos III mencionó la presencia de cáncer, pero no especificó su ubicación ni la complejidad del tratamiento que requeriría. Además, se reveló que el monarca sufre de dactilitis, una rara condición que causa hinchazón y dolor en los dedos, especialmente en las manos.
Por su parte, el Palacio de Kensington anunció que no divulgará detalles sobre el tipo específico de cáncer que afecta a Middleton, afirmando que la princesa tiene derecho a la privacidad médica.