Después de las elecciones del año pasado, hablar de mediáticos en la política no es ninguna novedad. La fórmula funcionó en casi todos los partidos, al punto de tener a dos representantes santafesinos en el Senado de la Nación que surgieron de un set de televisión pero que suscriben a sectores diferentes de la grieta. Por el Palacio Vasallo las cosas no son muy diferentes, quizás el menú es más variado con un cocinero y un par de exfutbolistas pero siempre dentro de la apuesta a la alta exposición y conocimiento.
No obstante, el periodismo quedó consolidado como la profesión más buscada por los armadores partidarios. Caras conocidas, al tanto de las preocupaciones de la ciudadanía y que apuestan siempre a empatizar con su audiencia. Comités y unidades básicas, militancia barrial y pasillos universitarios que se vieron eclipsados por un recorrido mucho más simple para posicionar candidatos y personalidades que se adaptan al coaching con la misma facilidad que les resulta sonreír ante las cámaras.
Quizás por esa necesidad de práctica (o porque las licencias laborales tienen un plazo) una reconocida conductora de TV volvería a principios de abril a la pantalla de Telefe Rosario. Varias voces aseguran que Flavia Padín ya estaría para esa fecha al frente del noticiero nocturno, puesto que dejó hace casi dos años al asumir la dirección de Radio Nacional Rosario. Claro que para este regreso no haría lo mismo con su puesto jerárquico en la AM 1300, la idea sería mantenerse en ambas actividades y proyectar ese cocktail que funciona tan bien últimamente: una patita en los medios y la otra en la política.
Según versiones, el requisito de tener pantalla sería fundamental para el fin último de la locutora: ser candidata en la provincia para el 2023. Los rumores también sonaron en las filas del Frente de Todos y muchos se preguntaron si la intención sería jugar dentro de ese espacio. En su momento, la llegada a la dirección de la radio también hizo ruido al ser históricamente una voz crítica con el peronismo y más con el kirchnerismo, aunque su experiencia en medios permitió disuadir las quejas. Algunas fuentes consultadas mencionan que el camino sería de visibilidad y gestión: volver a la pantalla y avanzar con las obras de acondicionamiento del auditorio de Radio Nacional, espacio abandonado en la gestión de Cambiemos y que ahora se relanzaría con bombos y platillos.
Pero hay un hombre que sería clave en esta jugada: Guillermo Whpei. El presidente de la Fundación para la Democracia habría sido fundamental en la llegada de Padín a la emisora estatal y ahora también pondría sus fichas para que juegue electoralmente. El autodenominado “empresario social” es el mismo que dejó librada a su suerte a LT3: armó una dudosa venta con un inversor fantasma que llevó al borde de la desaparición a la primera AM del interior del país.
La credibilidad del empresario quedó bastardeada por su pasado como dueño de medios y además por los allanamientos realizados en el 2021 donde involucraron a su grupo con posibles estafas y lavado de activos. Como estrategia, no es de extrañar que tenga a su alfil (o a su reina) como candidata. Las chances de éxito de Whpei en las urnas son prácticamente nulas a pesar de intentar lavar su imagen con campañas contra la esclavitud y organizar eventos benéficos, los escándalos hicieron más ruido y su candidatura se torna impresentable.
Lo que faltaría saber es para dónde va a apostar en las próximas elecciones este filántropo que va por la paz, ya que pasó de su idilio por Mauricio Macri a su amistad con Alberto Fernández en pocos años. Siempre al calor del poder y sin ruborizarse en sus giros ideológicos que lo llevaron de aportar a la Fundación Pensar a aplaudir el Instituto Patria sin escalas.