Luego del escándalo que generaron los cánticos del pasado jueves en el Concejo por parte del Sindicato de Trabajadores de Obras Sanitarias de Rosario, liderado actualmente por Silvio Barrionuevo, quien hoy tiene a su familia investigada por la Unidad de Delitos Económicos, la edila Norma López que formó parte del bloque que apoyó la iniciativa se desligó de lo ocurrido y responsabilizó a su par, Silvina Teisa.
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“Es un proyecto de otras concejalas, que no tiene que ver con lo que significa Obras Sanitarias. A mi me invitó el secretario general de las 62 asociaciones, Marcelo Ciorda. Fue un homenaje en el marco del 1° de mayo”, inició su defensa la concejala justicialista.
Además, la edila por el Frente de Todos explicó: “Hubo distintos gremios, la actividad estaba votada e impulsada por Silvana Teisa, que representa a los gremios, al movimiento obrero y las metalúrgicas. Fue en ese marco que se dio, había otros sindicatos pero los trabajadores de Obras Sanitarias llevaron una bandera más grande que el resto”.
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“Yo fui a un acto que estaba destinado a otra cuestión, la bandera la vi pero para mí no decía nada de Barrionuevo. Yo nunca reivindiqué a ningún funcionario ni a ningún dirigente sindical. Yo solamente participé de un acto para el 1° de mayo”, sostuvo.
Por último, en relación a lo ocurrido al Concejo, López finalizó: “Desde el principio he reconocido desde mi lugar que hay que cambiar algunas prácticas, la política debe ser mejorada. El acto de ayer en algún momento tomó alguna situación que fue más parcial que otros. Pero no es un hecho ligado a la corrupción”.
En tanto, la familia del histórico gremialista Oscar Barrionuevo, quien desde hace un tiempo dejó a su hijo al mando de Obras Sanitarias, está bajo la lupa de la Justicia por enriquecimiento ilícito y corrupción. Hace días, se llevaron a cabo una serie de allanamientos contra la sede del sindicato y otros domicilios de familiares de “Rabanito”.
Tras los procedimientos se conoció una imagen de una camioneta del gremio ingresando a una de las viviendas allanadas previamente. Lo curioso, es que dicho vehículo tenía información incompatible ya que la tarjeta verde de la chata no coincidía con la patente, la cual tenía un pedido de secuestro denunciado en Córdoba a comienzos de abril.
