Damián Reifenstuel pasó un año y cinco meses prófugo de la Justicia tras ser identificado como uno de los atacantes de Ivana Garcilazo, la hincha de Rosario Central asesinada a piedrazos tras el clásico del 30 de septiembre de 2023. Su detención en Bolivia por parte de Interpol reveló cómo logró mantenerse oculto durante todo este tiempo.
Según la investigación, Reifenstuel se refugió en Samaipata, una pequeña localidad cercana a Santa Cruz de la Sierra. Allí se hizo pasar por ciudadano uruguayo y consiguió trabajo como docente en un centro de capacitación a distancia, utilizando un nombre falso.
A pesar de estar en la clandestinidad, no modificó drásticamente su apariencia. Cuando fue detenido, se lo vio con menos cabello y signos de deterioro físico, pero sin alteraciones que dificultaran su identificación.
Desde el primer momento, su familia y allegados notaron actitudes sospechosas. Tras el crimen, pidió licencia médica alegando síntomas de Covid-19 y, días después, dijo que debía viajar a Alemania por la supuesta enfermedad de su padre. Luego, cortó toda comunicación.
Durante su fuga, la casa que tenía en Pérez fue saqueada y destruida por vecinos. En el lugar quedaron libros, anotaciones personales y un perro que, según testigos, seguía volviendo a la propiedad, como si esperara a su dueño.
La familia de Ivana Garcilazo nunca dejó de buscarlo. Su hermana viajó a Bolivia para difundir su identidad y la recompensa de diez millones de pesos ofrecida por la Provincia terminó siendo clave para su captura. Finalmente, Interpol lo detuvo cuando iba camino a dar clases. Ahora, se espera su extradición a Argentina para que enfrente a la Justicia.