Alberto Castillejo, reconocido productor musical, denunció públicamente a Leda Bergonzi, quien es conocida por sus supuestos poderes de sanación, por estafa y malas prácticas comerciales. Castillejo, quien trabajó con ella en su carrera musical, aseguró que Bergonzi se negó a firmar un contrato, alegando estar bajo el control de la Iglesia, y la acusó de hacer negocios a sus espaldas. La relación terminó abruptamente tras el fracaso de varios shows y ahora el conflicto se ha trasladado a la justicia.
Bergonzi presentó una denuncia judicial contra Castillejo en la Ciudad de Buenos Aires, aparentemente representada por el abogado Fernando Burlando. Ante esto, el abogado rosarino Gustavo Feldman asumió la defensa de Castillejo, calificando la denuncia como una maniobra para dejarlo indefenso. Castillejo, quien padece una discapacidad, argumenta que no puede asistir a la audiencia por motivos de salud.
Simultáneamente, el Arzobispado de Rosario se distanció de Bergonzi. Tras el anuncio de su gira de espectáculos donde planeaba realizar la “imposición de manos” –una práctica que reserva la Iglesia para los sacerdotes– el arzobispo Eduardo Eliseo Martín suspendió todas las actividades del grupo Soplo de Dios Viviente, liderado por Bergonzi, criticando sus prácticas comerciales y religiosas. Como resultado, Bergonzi canceló su próximo evento programado para el 15 de octubre.
Este doble frente de conflicto, tanto judicial como eclesiástico, pueso a Leda Bergonzi en el ojo de la tormenta, cuestionando tanto sus actividades como su relación con la Iglesia.