Santa Fe vivió una jornada electoral histórica con Maximiliano Pullaro, quien se consagró como gobernador electo con una ventaja aplastante. Este viento de cambio también impulsó a los candidatos de Unidos para Cambiar Santa Fe en la mayoría de la provincia, destacando el éxito del intendente Pablo Javkin, quien logró la reelección en Rosario. Sin embargo, su victoria fue por un margen tan estrecho que plantea desafíos significativos y llama la atención sobre la gestión en la ciudad.
Pullaro hizo historia en varios frentes: superó la marca de un millón de votos, estableciendo un récord en comparación con el icónico Carlos Reutemann; su ventaja fue notoriamente amplia; y después de 60 años, Santa Fe vuelve a tener un gobernador de orientación radical. Además, logró controlar ambas cámaras legislativas, lo que le brinda la oportunidad de impulsar reformas importantes, incluida una posible reforma constitucional, aunque el gobernador electo ha expresado que eso podría considerarse en el futuro, ya que actualmente existen otras prioridades.
El triunfo de Pullaro fue abrumador en la mayoría de los departamentos de la provincia, con la notable excepción de Rosario, donde la diferencia en comparación con Lewandowski se redujo a entre cinco y seis puntos. Este dato sugiere dos interpretaciones: Lewandowski sigue siendo un referente competitivo en su lugar de origen y la gestión de Pullaro en el Ministerio de Seguridad durante la administración Lifschitz pudo haber impactado en su imagen en una ciudad donde la seguridad es una de las principales preocupaciones de la población. Esto plantea un desafío importante para el senador nacional, quien deberá abordar rápidamente las preocupaciones sobre la seguridad y el delito en la ciudad.