Tras la sanción de la nueva ley de reforma jubilatoria en el Senado, el Gobierno reafirmó la amenaza de veto anunciada por Javier Milei. El Presidente apoyó públicamente la defensa del “equilibrio fiscal” mediante dos publicaciones en la red social X, realizadas por dos de sus funcionarios de confianza: el ministro de Economía, Luis Caputo, y su portavoz, Manuel Adorni.
Adorni, poco después de la aprobación de la reforma jubilatoria, expresó en X: “El equilibrio fiscal es absolutamente innegociable. Fin”. En una línea similar, el ministro Caputo manifestó: “El equilibrio fiscal es innegociable”. Ambas declaraciones fueron replicadas por el presidente Milei, quien así continuó allanando el camino para un probable veto presidencial.
Milei reiteró en varias ocasiones su intención de vetar esta ley, llegando a calificar de “degenerados fiscales” a los legisladores que promueven el RIPTE, argumentando que pone en peligro el superávit fiscal. Durante la sesión del Senado, Di Tullio respondió directamente a Milei, señalando que “lo que va a vetar el Presidente son 66 mil pesos para cada jubilado y jubilada. Por eso, el irresponsable y degenerado social es él”.
Minutos después del posteo de Adorni, otros ministros del Gobierno se sumaron a la defensa del equilibrio fiscal, preparando el terreno para justificar el posible veto de Milei a la reforma. La canciller Diana Mondino fue una de las que compartió la publicación del portavoz presidencial, reforzando la postura del Gobierno.
El comunicado oficial
La Oficina del Presidente informa que el Presidente Javier Milei, tal cual se comprometió con los argentinos, vetará el proyecto aprobado hoy por el Congreso de la Nación que tiene como único objetivo destruir el programa económico del Gobierno. El Presidente se comprometió con los argentinos a sostener el superávit fiscal a toda costa y así lo hará.
El Congreso Nacional, en un acto de populismo demagógico, sancionó un proyecto de ley irresponsable, ilegal e inconstitucional que establece gastos exorbitantes sin su correspondiente partida presupuestaria, lo que implicaría necesariamente que el Gobierno vuelva a caer en las
viejas prácticas de la emisión monetaria, el aumento de impuestos, o el endeudamiento, que son las mismas recetas que nos han llevado al fracaso durante los últimos 100 años.
Esta ley implica un gasto adicional del 1,2% del PBI, o lo que es lo mismo, 25% del PBI en términos dinámicos, obligando al Estado a contraer deuda que deberán pagar en el futuro los jóvenes argentinos que, gracias a medidas como ésta, hoy son mayoritariamente pobres.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) August 23, 2024
Adicionalmente, resulta paradójico que la clase política se acuerde de los jubilados hoy y no durante el gobierno de Alberto Fernández y de Sergio Massa. Solo en su último año, los haberes cayeron más del 30% acompañado de una suba sideral del gasto público. Mientras acusan a este Gobierno de licuar a los jubilados, desde enero las jubilaciones han aumentado un 5% en términos reales mientras bajamos el gasto y destruimos la inflación.
Tenemos plena conciencia de que la clase política quiere forzar al Gobierno a oponerse a esta medida demagógica para anotarse una victoria política, pero como el Presidente de la Nación ha dicho en innumerables oportunidades, nosotros preferimos decir una verdad incómoda a una mentira confortable.
El proyecto sancionado este jueves por el Congreso con la anuencia de todos los partidos políticos es una estafa moral, un acto de demagogia populista y una irresponsabilidad fiscal; y por lo tanto será vetado por este Gobierno, el cual no tiene miedo de pagar los costos que hagan falta para sacar a este país de la decadencia en la que nos han sumergido.
Confiamos en que los que durante años se han amparado en el cambio no se presten al juego de quienes quieren destruir el programa económico del Gobierno.
Es tiempo de que la dirigencia política elija de qué lado quiere estar: del lado de los que queremos una Argentina distinta luego de décadas de fracaso, o del lado de los extorsionadores que utilizan la política para su propio beneficio personal.