Con profunda emoción, cientos de fieles, funcionarios y dirigentes participaron este lunes por la noche de una misa en homenaje al papa Francisco en la Basílica San José de Flores, barrio donde nació y creció Jorge Bergoglio. La ceremonia fue encabezada por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien destacó que el Sumo Pontífice “no tapó los problemas del mundo, sino que los puso sobre la mesa”.
“Se nos murió el padre de todos”, expresó García Cuerva, y aseguró que la vida y el legado de Francisco “siguen siendo un faro en medio de la oscuridad”. También llamó a “vivir su legado mediante la unidad que tanto necesitamos”.

Durante la homilía, el arzobispo recordó los aportes de Francisco: la denuncia de la exclusión social, el cambio climático, la guerra, el tráfico de armas, la necesidad de transparencia en la Iglesia y su constante llamado a una “revolución de la ternura”.
La vicepresidenta Victoria Villarruel fue la principal representante del Poder Ejecutivo en el homenaje. También asistieron Leandro Santoro, Adolfo Pérez Esquivel y vecinos con fotos y estampitas del Papa.
Francisco falleció a los 88 años por un colapso cardiovascular irreversible y un derrame cerebral, según informó la Santa Sede. El Gobierno nacional decretó siete días de duelo y la bandera en Plaza de Mayo ondea a media asta. El miércoles, el cuerpo será trasladado a San Pedro para el último saludo de los fieles.

