Un día después de un nuevo “24 de Marzo”, murió el represor Julio Simón, más conocido como el “Turco Julián”, condenado por crímenes de lesa humanidad en la última dictadura del país. Tenía 84 años y estaba condenado por “secuestrar y torturar” en el centro clandestino de detención El Olimpo. Se trató de uno de los principales efectivos de la Policía Federal a cargo de las violaciones de derechos humanos.
Simón cumplía su condena en la Unidad N° 34 del Servicio Penitenciario Federal en Campo de Mayo. El “Turco Julián” estuvo a cargo de grupos de tareas durante el Proceso de Reorganización Nacional, un régimen encabezado por Jorge Rafael Videla, Emilio Masera y Orlando Agosti, y fue responsable de numerosas desapariciones forzadas entre 1976 y 1983.

Tras la llegada de Raúl Alfonsín a la presidencia y el retorno de la democracia, Simón se trasladó a Brasil, donde trabajó como vigilador y guardaespaldas. Regresó a Argentina con la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.
Comenzó a ser juzgado en 2003, cuando el Congreso Nacional abolió leyes que blindaban a los responsables de violaciones durante la dictadura. Fue sentenciado tres veces: la primera, en 2006, por el Tribunal Oral Federal N° 5, a 25 años de prisión por ‘detención ilegal y torturas’ a José Poblete y Gertrudis Hlaczik, así como por la ‘ocultación’ de su hija, una bebé de ocho meses.
Posteriormente, fue condenado a 23 años de prisión en la causa ‘Batallón 601’ por ‘secuestros, torturas y desapariciones forzadas’ en 1979 y 1980.