A los 93 años y tras una vida atravesada por la tragedia de haber perdido a dos hijos en la dictadura cívico, eclesiástica y militar que vivió el país a mediados de los 70´, murió este domingo Hebe de Bonafini, titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, en el hospital Italiano de La Plata, donde estaba internada desde hace unos días.
Era una activista por los Derechos Humanos, una luchadora por la tríada Memoria, Verdad y Justicia, titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, convertida con los años en un actor político afín al kirchnerismo, una militante de fundamentos encendidos, de declaraciones enérgicas, una próspera proveedora de titulares periodísticos, una usina de tensión al debate ideológico. Murió también procesada y envuelta en polémicas.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue una de las primeras figuras públicas en reaccionar a la noticia y brindar homenaje: “Queridísima Hebe, Madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos, orgullo de la Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre”, dijo la exmandataria en un tuit.