La voracidad de poder, el consumo excesivo, la explotación de absolutamente todo lo que pueda convertirse en recurso para engordar los bolsillos, fueron parte de una gran historia de la humanidad especialmente desde el advenimiento de la Revolución Industrial.
La relación de explotación sádica contra la Naturaleza en nombre del progreso se fue haciendo cada vez más voraz al punto tal de que ni siquiera la presencia de verdaderos desastres naturales que son provocados por “la mano del hombre”, terminan de hacer un verdadero cambio cultural. En algún momento un cuento de Fontanarrosa jugaba con que el Río Paraná se secaba por completo y que antes de salir a buscar agua, de seguro ya se empezaba a armar una playa de estacionamiento…. ni en la genial mente creativa del negro aparecía la posibilidad de empezar a respirar humo de forma cotidiana en su querida Rosario.
Hasta uno quisiera imaginarse algún rey tirano que “para que su pueblo nunca olvide quien es su rey” envía a prender fuego a todo un humedal como mensaje para evitar las rebeliones. Sería mucho más noble, ponerle nombre a un enemigo que te obliga a respirar el aire viciado, para por lo menos, tratar de darle batalla.
Sin embargo, hoy Rosario no sabe quien es su enemigo. Los intendentes de las localidades santafesinas que nacieron mirando al humedal sin valorar tanto quizás ese pulmón verde señalan todos hacia Entre Ríos. Y sí, lógicamente si lo que se prende fuego es territorio entrerriano, hay que empezar a reclamar por ahí. Todos realizaron un montón de presentaciones señalando movimientos de terreno, cambios en distintas superficies, dueños de las tierras como para ayudar a que la investigación termine entregando a ese tirano enemigo que hoy nos prende fuego el pulmón.
Y de repente, nada. ¿Cómo nada? Y sí, ahora hay que esperar los tiempos de la Justicia, y para colmo el humo a Entre Ríos no le llega, entonces como que mucha urgencia parece no haber. ¿Y mientras tanto seguimos respirando este aire viciado? ¿Seguimos haciendo memes con el mural de Messi?.
Es sabido que hay situaciones sociales, culturales, políticas y económicas que no se resuelven de la noche a la mañana, pero en este caso, sorprende que ni la presencia del humo tóxico en todas las portadas de los medios de comunicación y las redes sociales logren hacer “destrabar” algunas cosas en la Justicia y en las mesa chica de algunos partidos políticos que parecen preferir seguir invocando a la lluvia que a tomar decisiones trascendentales.
Lo que pedimos los ciudadanos es una señal, un gesto que nos demuestre que a alguno de esos que pueden tomar decisiones reales, le está dando un poco de vergüenza. A mi cada vez que me levanto y respiró el humo me da mucha pero mucha vergüenza. ¿A ustedes todavía no?