El servicio de trenes entre Cañada de Gómez y Rosario, a pesar de haber fidelizado un importante número de usuarios, enfrenta dificultades debido a problemas ajenos a su propio funcionamiento. Según Mariano Antenore, integrante de la organización Amigos del Riel, los inconvenientes no se deben a fallos del tren en sí, sino a la falta de disponibilidad de locomotoras. En varias ocasiones, el tren quedó sin servicio porque se le retiran sus máquinas para ser utilizadas en otras formaciones de mayor distancia.
El uso del tren ganó aceptación entre los usuarios, quienes crearon canales de comunicación, como grupos de WhatsApp, para estar al tanto de posibles eventualidades. Sin embargo, Antenore señala que en los últimos tres o cuatro meses ha habido al menos una interrupción mensual del servicio debido a la falta de locomotoras. “Es un perjuicio muy grande porque el público usuario tiene que buscar otras alternativas, generalmente el transporte automotor, que tiene precios muy altos y pocas frecuencias”, explicó en diálogo con VersiónRosario.
El valor del pasaje en tren desde Cañada de Gómez hasta Rosario Norte es de 800 pesos, una diferencia considerable si se compara con los 5.000 a 6.000 pesos que cuesta un pasaje en ómnibus, el único transporte alternativo disponible. Esta situación ha generado malestar entre los usuarios, que ven cómo un servicio esencial y más accesible se interrumpe con frecuencia.
Antenore también señaló que no hay indicios de que la provincia de Santa Fe esté trabajando para hacerse cargo del servicio ferroviario, a pesar de que el problema parece estar vinculado a la falta de atención por parte del gobierno nacional. “No percibimos que la provincia esté trabajando en hacerse cargo del tren”, afirmó. “El ferrocarril es federal y debería ser prestado por la nación, pero ante esta situación de desentendimiento y desidia, la provincia de Santa Fe debería intervenir, tal como lo hizo Tucumán en los años 90”.
Antenore subrayó que operar un servicio ferroviario de 70 kilómetros no es una tarea compleja y que lo que falta es una decisión política para garantizar la continuidad del servicio. La falta de acción, tanto a nivel nacional como provincial, ha dejado a los usuarios sin alternativas más económicas y confiables para desplazarse, afectando su día a día y obligándolos a depender de un sistema de transporte automotor costoso y limitado en cuanto a frecuencias.
En resumen, la falta de locomotoras para el tren de Cañada de Gómez es un síntoma de una crisis más amplia en la infraestructura ferroviaria, que afecta principalmente a los usuarios que dependen del servicio para movilizarse a precios accesibles. La provincia de Santa Fe tiene la oportunidad de intervenir y garantizar la continuidad de este servicio, tal como lo hicieron otras provincias en el pasado, pero hasta el momento no ha mostrado intenciones de hacerlo. Mientras tanto, los usuarios continúan enfrentando la incertidumbre y las complicaciones que derivan de la falta de un servicio de transporte eficiente y accesible.