Quienes asisten a la secundaria del Superior de Comercio de Rosario enfrenta una semana sin clases debido al paro de docentes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). La frustración y el descontento entre los padres crecen a medida que pasan los días sin que haya una respuesta clara del gobierno, de los docentes o de las autoridades universitarias. Esta situación de parálisis educativa provocó que los padres alcen la voz en busca de soluciones, pero se encuentran con un panorama desolador.
“Una semana sin clases y nadie dice nada, no se escucha nada, no hay respuesta del gobierno, los maestros no dicen nada, los profesores, ni los padres dicen nada”, expresaron con preocupación los padres en diálogo con VersiónRosario. La inacción y el silencio por parte de los actores involucrados generan un ambiente de desesperanza entre las familias que ven cómo el conflicto docente se prolonga sin visos de solución.
A pesar de la evidente inquietud, los padres sienten que cualquier intento de organizarse y reclamar una solución se ve obstaculizado por la apatía generalizada. “Porque esto, vos hacés un comentario en el grupo, bueno, ¿alguien quiere hablar? ¿Hacemos algo? Nadie. Nadie dice nada, están todos cansados y siempre es más de lo mismo”, comenta una madre con resignación. La falta de unión entre los padres refuerza la percepción de que el sistema educativo, tanto público como privado, está en decadencia.
“Todos prometen, prometen, prometen, pero nadie hace absolutamente nada”, critican los padres, quienes consideran que los más perjudicados en este conflicto son los alumnos. La calidad educativa se resiente y, con cada día sin clases, se profundiza la crisis en el sistema educativo argentino. “Cada vez es más desastroso el sistema educativo a nivel nacional, por supuesto, privado, público, lo que sea. Acá no mejora absolutamente nada”, sentencian.
Ante la falta de acción, los padres sienten que sus reclamos caen en saco roto. “A nadie le importa, porque ni siquiera los padres nos podemos unir a hacer un reclamo. Porque a la mayoría tampoco le interesa. ¿Para qué? Si no pasa nada”, lamentan. La apatía y el desinterés parecen haberse instalado en una sociedad que, según los padres, ha dejado de valorar la importancia de la educación.
Este silencio y la falta de respuestas por parte de las autoridades han generado una sensación de impotencia entre los padres, quienes exigen que se tomen medidas inmediatas para resolver el conflicto y garantizar el derecho a la educación de sus hijos. Sin embargo, la incertidumbre continúa, y el tiempo sigue corriendo en contra de los estudiantes del Superior de Comercio.