La cantidad de pedidos de Justicia por Ivana Garcilazo, la joven que fue asesinada de un piedrazo mientras circulaba en moto celebrando el triunfo de su equipo, no fue suficiente para bajar los decibeles y un milagro salvó a la ciudad de estar lamentando un hecho de similares características.
Una vez más la violencia se da fuera del estadio y la situación de derrota de una parcialidad se convierte en la única excusa por la cual se desata un ataque a los vehículos que pasan celebrando una victoria. Ni siquiera el asesinato fatal de Ivana logra disuadir de este oscuro accionar que no se da por parte de bandas delictivas, sino de hinchas o simpatizantes de un club de fútbol.
En este caso el violento hecho ocurrió en la zona de 9 de julio y Moreno, cuando un auto en el que viajaban Serena y dos compañeros más que volvían del Gigante de Arroyito, fue abordado por una persona que pidió que aminoren la marcha, para luego pegarle al vehículo con una bolsa llena de piedras.
“Lo que pasó, sinceramente, fue muy violento. Una de estas personas se me para en la mitad de la calle para que yo reduzca la velocidad. Cuando lo hice, me tiró una patada y, de atrás, otra persona me golpeó con una bolsa llena de cascotes” relató Serena en declaraciones brindadas a radio Cadena 3.
Serena agregó además sobre el violento hecho, que “la bolsa me pegó en el hombro y a mi amiga, que iba atrás, le rompió los vidrios y tiene todos los nudillos lastimados. Estuvimos a nada de perder la vida”. Además, una de las víctimas del hecho destacó que no iban tocando bocina ni festejando, por eso mismo cuando les hicieron señas de que bajaran la velocidad, no pensaron que se trataba de algún ataque”.
Finalmente, cuando se acercaron a realizar la denuncia se encontraron con otra persona que había sido atacado una cuadra atrás por calle Balcarce, y en ese contexto reconocieron a los agresores allí, que acababan de ser detenidos por un hecho similar. Increíblemente en el grupo de agresores que atacaron a Serena y sus amigos, se encontraba un compañero de escuela: “no puede ser que por perder un partido de fútbol salgan a matar gente”.