José María Castro (67) fue condenado a cadena perpetua por el femicidio de quien fuera su esposa, Elsa Mónica Mercuri, cometido en zona rural de General Lagos entre en los últimos días de marzo de 2019 y noviembre de ese año, cuando los restos de la mujer fueron hallados en el pozo de un molino.
El paradero de Elsa fue un enigma de 8 meses que fue develado por perros rastreados en la misma vivienda que el ahora condenado compartía con la víctima, en un campo ubicado a 500 metros del kilómetro 275 de la autopista Rosario-Buenos Aires.
A Elsa la habían visto por última vez el 28 de marzo. Tenía tres hijos producto de la relación con Castro y llevaba una vida social activa, también en las redes. De repente, dejó de frecuentar el pueblo de General Lagos y “terminó súbitamente la comunicación en las redes”, había dicho el fiscal José Luis Caterina a partir de los testimonios que fue recolectando.
Este lunes, el tribunal integrado por las juezas María Trinidad Chiabrera, Hebe Marcogliese e Irma Bilotta condenaron a Castro a la pena de prisión perpetua por los delitos de homicidio doblemente calificado por el vinculo y por el contexto de violencia de género.
El fiscal Alejandro Ferlazzo dijo luego de conocida la pena: “La Fiscalía acreditó con las pruebas la muerte dolosa, no solamente en vínculo de pareja, sino también el contexto de violencia de género en el cual se dio toda la vida de pareja entre la víctima y el ahora condenado. Detectamos violencia física, psicológica, simbólica no sólo con la mujer como víctima, sino también sus hijos”.