Desde temprano, la Catedral Nuestra Señora del Rosario se convirtió en un punto de encuentro para cientos de fieles que quisieron dar el último adiós al Papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años. A lo largo del día, muchos se acercaron para rezar, dejar ofrendas y participar de las ceremonias religiosas en su memoria.
La misa central comenzó a las 19.30 y fue presidida por el arzobispo de Rosario, Eduardo Martín. Con el templo en plena obra, el espacio quedó chico: hubo personas en la vereda, parte de la calle y en el ingreso lateral, intentando seguir la celebración desde afuera. Incluso se desplegó un operativo de tránsito en la zona ante la gran concurrencia.
Durante la mañana, a las 8.45, ya se había realizado una primera ceremonia junto a una foto de Francisco ubicada al lado del altar. Desde la catedral informaron que las puertas permanecerían abiertas durante todo el día para recibir a los creyentes que quisieran acercarse.



