Luego de la denuncia presentada en su contra en el Consejo de la Magistratura durante junio, el juez Marcelo Bailaque quedó otra vez en el ojo de la tormenta. Este jueves la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) llevó adelante una serie de allanamientos por lavado de dinero agravada por vínculos con el narcotráfico, ya que está apuntado en la investigación el jefe narco Esteban Lindor Alvarado.
Los procedimientos fueron realizados en la mañana de la jornada por agentes de Gendarmería Nacional y Policía Federal, quienes desplegaron requisas repentinas sobre el juzgado de Bailaque, en Tribunales Federales de bulevar Oroño al 900, y también sobre las sedes de la ex Afip en Rosario y un estudio jurídico privado.
Según trascendió, del despacho del magistrado se secuestraron el teléfono móvil del juzgado y documentación, en busca de pruebas sobre delitos tributarios conexos a investigaciones sobre narcotráfico.
También incautaron el teléfono de un secretario de dicho lugar, Gustavo G.. Además, la investigación involucra a un jefe regional de la Arca (ex Afip).
Las tareas de la Proselac se concretaron tras la denuncia de la diputada provincial Lionella Cattalini ante el Consejo de la Magistratura, en la que acusa al magistrado de una connivencia con Alvarado desde hace más de 10 años.
La diputada reveló -además- que el juez y el narco compartían el mismo contador público, Gabriel Mizzau, y que aquel incluso facilitó el ingreso del hijo del profesional como empleado del Tribunal federal.