El Concejo Municipal de Santa Fe aprobó una ordenanza que regula el uso de aplicaciones de transporte como Uber, una actividad que ya funcionaba de facto en las calles de la ciudad. Esta nueva normativa busca formalizar el servicio, diferenciándose del caso de Rosario, donde Uber sigue operando de manera ilegal.
Entre los puntos principales de la ordenanza santafesina se exige que los conductores que usen la aplicación tengan una licencia profesional Clase D1, emitida por la Municipalidad. También se prohíbe la toma de pasajeros en la vía pública, restringiendo el servicio únicamente a las contrataciones realizadas a través de la aplicación. Para asegurar un control efectivo, se abrirá un Registro de Choferes, donde las plataformas digitales deberán presentar mensualmente la nómina de conductores y vehículos registrados que ofrezcan el servicio.
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La ordenanza establece que las aplicaciones deberán constituir un domicilio legal en Santa Fe y designar un representante local. Además, deberán informar a los usuarios sobre el nombre del conductor, el modelo del vehículo, la patente, el tiempo estimado de llegada y el precio del viaje. También se exige que las plataformas cuenten con un seguro adecuado según lo establecido por la Superintendencia de Seguros de la Nación.
Uno de los aspectos más destacados es la creación de un Fondo de Movilidad, financiado con el 1% de lo recaudado por las aplicaciones, que será utilizado para reducir las cargas impositivas de taxis y remises. Esta medida fue bien recibida por el sector, que considera que las plataformas de transporte representan una competencia desleal. Entre los impuestos que dejarán de pagar los taxis y remises se incluyen el derecho de explotación del servicio, la inspección mecánica y el derecho a desarrollar actividades en la vía pública.
Por otro lado, se permite a los conductores de taxis y remises negociar el precio del viaje con los pasajeros, siempre dentro de una tarifa máxima establecida por la Municipalidad. Según la presidenta del Concejo, Adriana Molina, esta medida fomentará una competencia más justa con las aplicaciones.
En Rosario, la situación es diferente. Aunque existe una normativa que regula el uso de aplicaciones de transporte, Uber no ha cumplido con los requisitos exigidos por la Municipalidad y sigue operando de manera ilegal. El intendente Pablo Javkin ha afirmado que si la plataforma se adapta a la normativa vigente, podrá ser legalizada. Sin embargo, hasta la fecha, Uber continúa funcionando al margen de la ley.
En agosto, un proyecto para regular el transporte privado a través de plataformas fue presentado en el Concejo de Rosario. La propuesta busca incluir a estas aplicaciones en el sistema impositivo y establecer reglas similares a las de taxis y remises. Mientras tanto, el servicio sigue operando en las calles de Rosario, con alrededor de 2.000 conductores, muchos de ellos taxistas que complementan su actividad con viajes de Uber.