El 17 de marzo de 1992 a las 14.47 un coche bomba voló el edificio de la sede Embajada de Israel, en la esquina de Arroyo y Suipacha en la ciudad de Buenos Aires. El ataque fue perpetrado por un brazo armado del grupo terrorista Hezbollah. Este jueves se cumplen 30 años de aquél atentado que dejó 22 víctimas fatales y por el cual hasta el momento la Justicia no pudo dar con los responsables.
A tres décadas del atentado terrorista que destruyó la sede diplomática israelí en la Argentina, la investigación sigue abierta en la Justicia, sin que se haya logrado detener a sospechoso alguno, pese a dos órdenes de captura internacional todavía vigentes.
La Corte Suprema de Justicia tiene a cargo la pesquisa por ser de su competencia originaria, ya que se trató de un ataque a una sede diplomática extranjera y dio ya por probado cómo ocurrieron los hechos y la responsabilidad del movimiento fundamentalista islámico Hezbollah.