Bajo presión por el avance de las investigaciones llevadas adelante por fiscales provinciales, el financista Luis Herrera, conocido por un default que afectó a cientos de acreedores y provocó pérdidas superiores a los 30 millones de dólares, se entregó este lunes en la sede de la Policía de Investigaciones (PDI). En el mismo operativo, también fueron detenidos sus hijos, Ignacio y Diego.
La decisión de Herrera de presentarse ante las autoridades ocurrió después de que el equipo del fiscal Miguel Moreno confirmara elementos suficientes para solicitar nuevamente la prisión preventiva de los tres imputados por estafa. Según trascendió, los fiscales, con el apoyo de los abogados querellantes que impulsaron la investigación, habrían identificado movimientos financieros irregulares en cuentas del exterior que no habían sido declaradas.
Al enterarse de las nuevas pruebas y de los allanamientos previstos, Herrera decidió entregarse voluntariamente este lunes a las 18:45, junto con sus hijos. Los tres fueron acompañados por sus abogados, Roberto Falisstoco De Luca y Gustavo Franceschetti.
La entrega voluntaria tuvo como objetivo reforzar su argumento en contra de la prisión preventiva que solicitarán los fiscales. Herrera busca demostrar que siempre estuvo a disposición de la Justicia, con la intención de evitar ser encarcelado mientras se desarrolla el proceso penal.
Este jueves, el fiscal Moreno liderará una nueva audiencia imputativa en el Centro de Justicia Penal, donde, además de presentar los nuevos cargos, sumará alrededor de 150 denuncias adicionales por estafa. De esta forma, el total de casos contra Herrera ascendería a 300.
El financista, quien fue titular de la sociedad de Bolsa Fernández Soljan, cayó en desgracia tras el default de su mesa financiera a finales de 2021. Este colapso generó un gran impacto en la plaza financiera de Rosario, ya que Herrera era considerado un empresario de prestigio, con antecedentes como presidente del mercado de futuros Rofex. La mesa financiera, que operaba paralelamente a su agencia de Bolsa, ofrecía oportunidades de inversión supuestamente lucrativas en mercados de futuros y derivados en los Estados Unidos.
Sin embargo, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) sostiene que el esquema de Herrera era, en realidad, una estructura piramidal o esquema Ponzi. Según las investigaciones, no se encontraron evidencias de operaciones bursátiles reales en el exterior al menos durante la última década. El colapso de su sistema dejó al descubierto una extensa red de inversores, muchos de los cuales habían depositado su dinero en negro y en efectivo. Esto ha llevado a un flujo constante de denuncias por estafa, aunque algunos afectados han evitado presentarse por la falta de documentación formal de sus inversiones. Se estima que las pérdidas totales superan los 30 millones de dólares.
Herrera y sus hijos ya enfrentan imputaciones por administración fraudulenta y han pasado varios días detenidos anteriormente, aunque lograron continuar el proceso en libertad. Con esta nueva etapa judicial, se espera que se acelere el inicio del juicio.