El Concejo debatirá esta semana un nuevo ajuste de la tarifa de taxis. Los dueños de las licencias reclaman un piso de 30% de suba y revisión en octubre, pero entre los ediles la moción que más apoyo cosecha es aumentar un 25% en agosto. Se sumaría al ajuste del 33% que ya hubo en abril, en sintonía con la inflación acumulada hasta julio y quedaría el último trimestre abierto a negociaciones. En la sesión de esta semana también se trataría la regulación de aplicaciones para la movilidad.
La comisión de Servicios Públicos del Palacio Vasallo se reunió el lunes y quedó abierta hasta el jueves cuando el pleno del cuerpo sesione en el recinto. El oficialismo y el arco opositor están negociando a esta hora a dos puntas: una actualización de la tarifa de taxis ante la indiscutible aceleración inflacionaria y una regulación de las apps tras más de un año de debate.
Los ediles aguardaban el arribo de un nuevo estudio de costos del Ente de la Movilidad, que aún no llegó al Palacio Vasallo. En ese marco, se impuso el criterio de tomar al menos como referencia el relevamiento efectuado en marzo, que sirvió de base para la última suba.
El último aumento de tarifa entró en vigencia el 10 de abril pasado, hace algo más de cuatro meses. En esa oportunidad, los ediles convalidaron un ajuste del 33 por ciento cuando el estudio de costos elaborado por el Ente ya arrojaba un atraso del orden del 70 por ciento.
A la brecha del 35 por ciento que quedó pendiente de actualizar en abril hay que sumarle la inflación de los meses posteriores. El Indec informó esta semana que el acumulado de aumento del costo de vida desde enero hasta julio fue del 60.2%. Para el sector se calcula que la suba del costo de vida fue aún mayor por el incremento sostenido del combustible, el GNC, los repuestos y las pólizas de seguro.
Con esos números en la mano el interbloque del todavía Frente Progresista propuso al resto de las bancadas subir en agosto un 25% la tarifa de taxis, sumado al 33 ya otorgado, para ubicar el ajuste unos escalones por debajo de la inflación oficial.
Con esta iniciativa, el oficialismo busca no desfinanciar al sistema y al mismo tiempo evitar un excesivo golpe en los bolsillos de los pasajeros en medio de una fuerte pérdida de poder adquisitivo ante el avance de la inflación y la devaluación pos Paso.
Además, el interbloque oficial tuvo en cuenta que tras la última suba tarifaria que dejó la bajada de bandera diurna en $381 y la ficha en $18 los propios tacheros admitieron que la demanda de viajes cayó cerca de un 20 por ciento. Y todavía no logró recuperar los valores previos superiores a los 70 mil viajes diarios.