El shopping Fisherto Plaza Mall, que recientemente fue demandado por contaminar el arroyo Ludueña, solicitó ampliar las instalaciones actuales, sumando casi 10.000 metros cuadrados de oficinas, locales comerciales, espacios para la salud y cocheras. El proyecto requiere modificar indicadores urbanísticos, por lo que deberá pasar el filtro del Concejo.
Registrado bajo el número de expediente 265963-I-2022, el documento se encuentra a la espera de tratamiento en la comisión de Planeamiento y Urbanismo. Su llegada al Concejo se dio luego de atravesar diversas instancias administrativas en el municipio, que finalmente giró el mensaje al Legislativo a finales del año pasado.
El master plan diseñado por Rusitano SA -a cargo de la explotación del mall- supone la construcción de cinco bloques dentro del actual predio, ubicados “estratégicamente en espacios vados con la intención de completar y mejorar la volumetría del conjunto”, según se expresa en el documento oficial. La distribución puede verse en las siguientes imágenes:
Según indicaron desde Rusitano, la iniciativa apunta a mantenerse a tono con las necesidades que vienen registrando en los últimos años, en sintonía con el décimo aniversario del shopping. El mall fue un claro beneficado por la pandemia, que generó una profundización del fenómeno de migración de rosarinos hacia la zona noroeste y ciudades como Funes y Roldán.
“La dinámica en la creciente densidad urbana de la zona de implantación, demanda un incremento de servicios que actualmente no se pueden satisfacer y hace necesario concretar un master plan que contemple el crecimiento planificado de todas estas funciones así como tener en cuenta posibles cambios en las demandas futuras”, se explica desde la memoria descriptiva del proyecto.
Actualmente el centro comercial alberga diversas funciones, como paseo comercial, paseo gastronómico, área de oficinas, espacios de servicios y salud, y estacionamientos, entre otros. Todos estos usos incrementarán su superficie, aunque el detalle de cada uno de ellos surgirá del proyecto final.
Desde la firma indicaron que solo en lo que refiere a oficinas, se pasará de las actuales 75 a unas 130. El espacio para locales comerciales también vivirá un incremento similar, en tanto que también se prevé un fuerte impacto en relación a las cocheras.
Las nuevas construcciones tendrán como novedad la incorporación de terrazas verdes, “con la intención de incrementar la aislación acústica y térmica, retención de aguas pluviales y reducir el efecto de “isla de calor”, se indica en el proyecto, donde se destaca que “se revisa la relación del conjunto con el entorno replanteando los bordes en contacto con la ciudad”. En este sentido, habrá cambios en las fachadas sobre Alberto J. Paz y Avenida Real.
Antes de concretarse, el proyecto deberá pasar el filtro del Concejo, pues supone modificar parte de los indicadores que oportunamente permitieron la construcción del complejo actual. En este sentido, se pretende modificar, entre otros aspectos, las alturas máximas (se pasa de 10 a 17 metros, solo para algunos de los nuevos bloques) y la edificabilidad máxima admitida (de los actuales 13.670 se irá a 22.860 metros cuadrados).
Antes de llegar al Concejo, el proyecto de Rusitano atravesó éxitosamente las instancias administrativas dentro de la Secretaría de Planeamiento, donde consideraron “factible acceder a lo solicitado”. Entre los argumentos se destacó que las nuevas alturas máximas guardan relación con la que ya existe en el barrio.
