El proceso de vacunación y la llegada de los primeros calores que mueven a los rosarinos al “modo aire libre” permitió que las restricciones prácticamente desaparezcan y que Rosario pueda volver a parecerse cada vez más a aquella previa a la pandemia. Sin embargo, estas recientes aperturas, sumando a algunos datos coyunturales volvieron a poner sobre la mesa un viejo problema vinculado a los taxis, al servicio que se presta en la ciudad y a la apertura o no a aplicaciones de viaje como Uber.
Los enormes deseos de los rosarinos de “salir un poco” luego de que por primera vez en mucho tiempo el escenario de pandemia parece esperanzador, junto a la reciente legislación (que celebro) del alcohol cero al volante generó una situación propicia para que los taxis aprovechen a sumar viajes, ya que el mercado ofrece gran cantidad de pasajeros.
Sin embargo, lo que a primera hora parecería ser un guiño del mercado, se convierte en un problema, al menos para los titulares de taxis, quienes denuncian la escasez de choferes. Los titulares de taxis aseguran que durante la pandemia varios choferes fueron a “conseguir otro laburo” ante la merma de pasajeros y horarios de circulación en pandemia. Tal mano de obra ha desaparecido del mercado según manifiestan los titulares de taxis, por lo cual “agregar más chapas” no generará más movimiento en los horarios picos porque “no hay choferes”. De yapa aseguran y reclaman un aumento en las tarifa, ante el desfasaje que tiene el estudio de costos. El Concejo y el Municipio piden mejor servicio antes de sentarse a tocar la tarifa, ya que reciben el reclamo de los vecinos de “por la noche y especialmente los fines de semana, no se consiguen taxis”.
Ante esta situación los choferes aseguran que “si los que se fueron a buscar otro trabajo no vuelven” es porque las condiciones laborales a las que son sometidos son malas y denuncian ante el Concejo “pésimas condiciones de trabajo” y que se cumplan las medidas necesarias para la seguridad como las aprobadas y nunca implementadas mamparas en los autos o los corredores seguros.
Los pasajeros mientras tanto, plantean la necesidad de conseguir servicio ya que fuera de algunos lugares céntricos, las demoras para poder contactarse con un taxi por aplicación, whatsapp, teléfono o en la calle, sobrepasan la hora de demora y en algunos barrios, la noche entera por cuestiones vinculadas a la seguridad. Ante esta situación, no son varios los que no vuelven a pensar en la aparición de Uber, que podría ser una solución para las necesidades de movilidad de pasajeros. Al parecer, según confió la empresa en su momento, había varios choferes y autos dispuestos para movilizar a los pasajeros que hoy se quejan por el flojo transporte que opera en la ciudad. Para algunos decir Uber es sinónimo de “la muerte del taxi”, para otros podría ser una sana competencia para mejorar el servicio que hoy dista mucho de las necesidades de los rosarinos.