Joana Belén Ortolán tenía 31 años, se desempeñaba como enfermera en el Hospital Centenario, y fue asesinada en la madrugada del lunes, en la intersección de Camilo Aldao y Gaboto, en la zona sudoeste de la ciudad. De este modo, se convirtió en otra víctima más de la cruda violencia que se padece en los barrios de la ciudad.
Belén hacía sus guardias en el Hospital Centenario, donde sus compañeros la recordaron con mucho cariño y expresaron su fuerte pesar en las redes sociales. Al mismo tiempo, muchos manifestaron que “Rosario sangra” y que ya no hay “horas ni barrios” para la criminalidad.
Según contaron sus allegados, la víctima había ido a un cumpleaños y cuando estaba volviendo a su casa, sentada en la parte trasera de un auto, pasaron desconocidos que abrieron fuego y una de las balas le atravesó el tórax, estallándole la aorta. Joana fue traslada de urgencia al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) pero no hubo nada que hacer, ya que llegó sin vida.
“Madre. Hija. Amiga. Enfermera. Mujer Independiente que -como todos – salía a ganarse el pan. No es una hipótesis. No es otro caso. Podría ser cualquiera de nosotros. ¿Hasta cuándo? ¿A quién tienen que matar para que nos cuiden? ¿A algún funcionario? ¿Alguno de sus hijos? ¿Qué valor le dan a nuestra vida?”, la recordaba uno de sus compañeros del Centenario.
En lo que va del año Rosario superó los 180 homicidios. La ciudad tuvo otro fin de semana largo más, otro fin de semana largo con más de un crimen para contar.