El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la segunda revisión del acuerdo que mantiene con la Argentina, lo que permitirá un desembolso inmediato de alrededor de USD 3.800 millones. Esa cifra eleva los desembolsos totales vinculados al programa a 17.500 millones de dólares.
De acuerdo a un comunicado emitido por el FMI, el directorio del organismo “evaluó que las acciones decisivas recientes fueron cruciales para estabilizar los mercados, reconstruir la confianza y asegurar objetivos cuantitativos clave, incluyendo el piso de finales de septiembre para las reservas internacionales netas y el techo del financiamiento del déficit fiscal”.
Además, el Directorio también aprobó “dispensas de incumplimiento para los criterios de desempeño continuo relacionados con las restricciones de cambio y los múltiples tipos de cambio”.
Según el FMI, el programa del Gobierno argentino “brinda equilibrio presupuestario y en la balanza de pagos, vinculado a la aplicación constante y continuada de políticas encaminadas a fortalecer las finanzas públicas, hacer frente a la alta inflación persistente, impulsar la acumulación de reservas y sentar las bases para una crecimiento económico inclusivo”.
En el comunicado, la directora gerente del FMI Kristalina Georgieva elogió el accionar del equipo económico frente a las disrupciones del mercado de mediados de 2022 a la vez que enfatizó la necesidad de aplicar mayor disciplina fiscal y diseñar “reformas estructurales”.
“El nuevo equipo económico de Argentina adoptó medidas correctivas decisivas que están comenzando a restaurar la confianza y la credibilidad de las políticas. Se necesitarán políticas macroeconómicas prudentes y una implementación firme del programa para abordar una situación que aún es frágil”, señaló Georgieva.
Por último, concluyó: “Es fundamental lograr los objetivos de déficit fiscal primario del 2,5 % del PIB en 2022 y del 1,9 % del PIB en 2023 para moderar el crecimiento de las importaciones, acumular reservas, fortalecer la sostenibilidad de la deuda y reducir aún más la dependencia del financiamiento del déficit por parte del Banco Central. Esto requerirá fortalecer el control del gasto y una mayor eficiencia de los subsidios y el gasto social”.