Unos 86 presos que estaban alojados en distintas comisarías de Rosario fueron trasladados a diferentes unidades penitenciarias en la mañana de este miércoles. Se trata de una medida ya anunciada por el gobierno provincial con el objetivo de bajar el número de reclusos detenidos en seccionales –donde hubo este año fugas, motines y problemas entre internos como consecuencia de la sobrepoblación carcelaria– y de disminuir la actividad de los agentes en dependencias policiales.
Los operativos se iniciaron pasadas las 7 en la comisaría 15ª de Sarmiento y Ameghino, la 12ª de Casilda y Solís, y la 32ª de Calle 1.731 al 7700. Luego, se espera que se concrete otro en una seccional de una vecina ciudad que también tiene una gran sobrepoblación carcelaria.
Personal del Servicio Penitenciario y grupos tácticos participaron en los procedimientos, que tienen por objetivo reducir la actividad de los agentes dentro de las comisarías, en este caso, por custodia. Dicha resolución se tomó en sintonía con la suspensión de tareas administrativas en las seccionales por el plazo de 90 días y la revisión de móviles en distintos talleres con técnicos mecánicos que tienen la orden de buscar reincorporar patrulleros que podrían repararse a la brevedad.
“Vamos a poner a la Policía en la calle”, dijo Pullaro el pasado lunes al participar de la designación de la cúpula que asumió la jefatura de la Policía de Santa Fe, integrada por Luis Maldonado y Daniel Filchel.
Otra de las determinaciones dadas a conocer por el gobierno provincial es la de suspender por tres meses el uso de licencias por parte del personal de las fuerzas de seguridad. Dicha situación fue explicada por el Ejecutivo santafesino en el marco de una “emergencia operacional” de la Policía.
En paralelo, este martes el gobierno provincial también comunicó la “restitución de los pabellones de alto perfil para jefes narcos y sicarios” en la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero y la suspensión del ingreso de alimentos a las cárceles por parte de familiares.