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Política

Un concejal quiere eliminar ciclovías y encendió la polémica

El Ente de la Movilidad presentó un proyecto para que las bicisendas que fueron creadas de manera temporal en los tiempos de la pandemia se incorporen en forma definitiva al trazado de calles.

El concejal Miguel Tessandori, planteó una revisión integral de todo el sistema de ciclovías en la ciudad justo cuando se está discutiendo en el Palacio Vasallo que los segmentos provisorios que hubo en pandemia se declaren permanentes. Son más de 200 kilómetros que el edil de Volver a Rosario pone en debate y, en especial, con la lupa ubicada en las ciclovías del centro rosarino.

La discrepancia se planteó a partir de una iniciativa del Ente de la Movilidad, que había presentado en el Concejo un proyecto de ordenanza para que las bicisendas que fueron creadas de manera temporal en los tiempos de la pandemia se incorporen en forma definitiva al trazado de calles. La iniciativa, que se debate en la comisión de Obras Públicas del Palacio Vasallo, fue cuestionada por Tessandori quien propuso la creación de “carriles compartidos” entre bicicletas y vehículos automotores con velocidad limitada.

El referente de Volver a Rosario entendió que resulta “antojadizo” que el Ente de la Movilidad impulse que haya ciclovías permanentes. “Considero que este sistema que fue muy utilizado en la pandemia, en un momento crítico de la población, debe ser revisado en su totalidad. Hay ciclovías que no pueden quedar como permanentes porque afectan el normal desarrollo del tránsito en la ciudad, no sólo para los vehículos sino también para los peatones. Hay calles en las que es muy difícil circular”, sostuvo mencionar como ejemplo a calle Catamarca.

“Esto deberá ser estudiado en profundidad, pero proponemos que convivan todos los medios de locomoción en sectores de calzadas con velocidades de 30 kilómetros por hora o inferiores, sin la demarcación estricta del carril para la bicicleta y que en esas arterias se prohíba el estacionamiento y la detención. Esto va a posibilitar la normal convivencia entre vehículos a motor y las bicicletas sin la necesidad de poner la demarcación fija que impide la normal circulación”, expresó el periodista deportivo.

Tessandori precisó, citando uno de los artículos del proyecto, que “la aplicación del carril compartido será en calzadas cuyo ancho fuera menor a los 9 metros y que actualmente cuenten con ciclovía instalada, donde las bicisendas convivan con más de dos líneas de transporte urbano, en calzadas de calles próximas y paralelas a la arteria principal de la ciudad en el micro y macro centro, y donde se permite el estacionamiento sobre la mano izquierda”.

“Hay varias calles en las que podría aplicarse esto. Hay ciclovías que se hicieron en forma transitoria y ahora se las quiere dejar permanentes, y que se adaptaron correctamente en la época de la pandemia. Pero hay que revisar qué pasa en la estructura de la ciudad, que en muchos casos está obsoleta en materia de tránsito. También alguna vez habría que sentarse a discutir una regulación para los ciclistas, porque las estadísticas indican que muchos cometen errores o torpezas que provocan accidentes”, indicó para agregar: “En muchas arterias no están dadas las condiciones para que haya ciclovías”.

Réplica de los ciclistas
Apenas enterado de la propuesta de Tessandori, Pablo Frontalini, del proyecto Rosario en Bici (ONG STS Rosario) objetó punto por punto esta intención de rever las ciclovías.

“Las ciclovías son parte del tránsito y están en la calzada. Y en ciertas arterias tienen infraestructura específica. Decir que obstruimos e impedimos la circulación es errado. Se está priorizando un tipo de movilidad que es más vulnerable. Quienes circulan en vehículos motorizados dicen que quienes cometen infracciones son los ciclistas, pero en todas las cuadras hay autos que no respetan las normas: sus conductores manejan con el celular, estacionan en doble fila, obstruyen bocacalles y cometen exceso de velocidad, principal causa de muerte, a diferencia de los ciclistas, quienes protagonizan índices mínimos de incumplimientos y, por el contrario, son embestidos desde atrás o de costado. Claramente estamos en desacuerdo con la idea de que los ciclistas obstruyen el tránsito”.

También hubo disidencias de la ONG en cuanto a revisar el trazado de las ciclovías. “No estamos en desacuerdo en rever el sistema, pero siempre que sea para mejorar y ampliar, y no para quitar. Que se convoque a especialistas, al Ente y referentes. Que se haga un análisis, pero siempre con esta idea. Hay una red lograda a través de los años, sobre la cual no hay que ir en contra; se puede revisar el plan de movilidad para quienes se desplazan en bici con el objetivo de que tengan zonas seguras donde transitar”.

El referente añadió que si existen calles dificultosas para el estacionamiento o la transitabilidad, “es necesario ver qué se prioriza y en esa arteria sacar algunos de los usos, pero no quitar la infraestructura. Para priorizar la convivencia hay que tener equidad en el espacio que es ínfimo para las bicicletas, que son parte del tránsito. No se trata sólo de demarcar una calzada con un cartel que exija una velocidad máxima de 30 kilómetros, sino de que haya equipamiento que la garantice”.

A su vez, agregó que muchas bicisendas están “en muy mal estado y deben ser mejoradas para que más personas las usen”.

Opinión divergente

“No es un tema para pensarlo como un enfrentamiento autos contra bicis. Nosotros estamos avanzando en dos procesos en paralelo: por un lado en el fomento y la promoción de la movilidad activa (bicis publicas y ciclovías) y, por otro lado, en el orden y control del tránsito (videocontrol y velocidades máximas, entre otros)”, indicó el edil javkinista, Fabrizio Fiatti.

Durante la pandemia se ampliaron en más de 50 kilómetros lineales las ciclovías en el norte, oeste y centro en forma temporal con el fin de evaluar la apropiación por parte de los usuarios. Fueron dos tramos: hacia mayo de 2020 con unos 34 kilómetros y luego en enero de 2021 en otros 22 kilómetros. Estas ciclovías temporales, significaron un 50 por ciento más para la red existente.

Según datos oficiales, el uso se incrementó en un 360 por ciento en promedio. A esta ampliación, se le sumó la extensión del sistema de bicicletas públicas al sur y sudoeste: el doble de estaciones de 2019. Para 2027 se planificó agregar otras 150.

“Establecer la condición permanente de las ciclovías permitirá instalar mejores medidas de seguridad para los ciclistas, consolidar los corredores y proyectar la densificación de la red y la extensión hacia nuevos barrios”, afirmó Fiatti para apuntar: “El año que viene lanzaremos un plan de mantenimiento y renovación de la estructura permanente existente y avanzaremos en una nueva etapa de extensión con 50 kilómetros más en los distritos oeste, sur y noroeste”.

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