Un nuevo caso de extorsión cometida desde la cárcel entre uno de los presuntos sicarios de la banda narco Los Funes -preso desde marzo pasado- y su novia -en libertad- volvió a poner sobre la mesa la deficiencia y la falta de controles en las prisiones sobre el uso de teléfonos celulares.
El juez penal de primera instancia Nicolás Foppiani, quien dictó la prisión preventiva para los dos imputados, advirtió que estos hechos necesitan “una reacción del Estado que esté a la altura” para impedir que personas detenidas sigan delinquiendo.
“Lo que tiene que hacer el Estado es invertir en tecnología suficiente para bloquear las comunicaciones, sin vulnerar la intimidad de las personas alojadas o que van de visita, con escáneres e interceptores de llamadas, poder ver como en un aeropuerto lo que tienen consigo”, explicó este viernes en El Contestador (Radio 2).
“La tecnología avanzó de manera tal que la que antes era una manera de aislar a una persona en la cárcel ya no tiene mucho sentido en algunos aspectos”, detalló.