Un rosarino de 56 años, profesor de tenis y productor de seguros, demandó al Estado por los efectos adversos de la vacuna Astrazeneca. El hombre fundamenta que fue el Estado “quien lo obligó a ponerse la vacuna” y que a raíz de eso, sufrió un infarto producto de la inoculación.
En el año 2021, el demandante se vacunó contra el coronavirus con la dosis de Astrazeneca. A la semana tuvo un infarto y eso perjudicó su salud: “Tuve una trombosis. Se me tapó una arteria de las principales y las otras dos estaban perfectas. Me salvé de casualidad. Estuve 15 horas con el infarto, hasta que no sentí que me estaba muriendo no fui al médico”, señaló.
El paciente recibió en ese momento un stent y debe tomar medicación crónica de por vida y someterse a controles cardiológicos periódicos. Esta lesión, argumenta, provocó la pérdida de oportunidades para generar ingresos. Muchos de los profesionales a los que consultó le deslizaron que su cuadro podría ser consecuencia de la colocación de la AstraZeneca.
En consecuencia, decidió demandar al Estado Nacional. También al Ministerio de Salud, la Superintendencia de Riesgo de Trabajo, la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (Dicei) y la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas (Conaseva).
“Desde abril se sabía en Europa que esa vacuna traía problemas de trombosis y no la administraban en gente menor de 55 años”, detalló el hombre. “El Estado tenía obligación de saber que la vacuna de la compañía farmacéutica de Reino Unido estaba saliendo de circulación en varios países de Europa”.
Es la primera persona en Rosario quién inicia este tipo de demanda, y se suma a la petición que hizo una mujer cordobesa, quién inició acciones legales contra el Estado y el laboratorio.