Vecinos de Pichincha hicieron una presentación en la Defensoría del Pueblo para que se dejen de usar los decks o islas que se implementaron en la pandemia para que los locales gastronómicos amplíen su capacidad en épocas de distanciamiento obligatorio, ya que aseguran ni siquiera pueden caminar por la vereda y cada vez se amplía más. De todos modos, los corralitos no sólo se ven en los bares de Pichincha, sino que son varios los locales gastronómicos que siguen haciendo uso de los mismos a pesar de que las medidas de distanciamiento terminaron hace bastante.
“La autorización para ocupar la calle fue una medida provisoria por la pandemia. Ahora volvió todo a la normalidad para los gastronómicos y no vemos el motivo para dejar los corralitos en la calle. Dijeron que estos espacios iban a implementarse de noche para alojar más mesas, pero ahora están todo el día. Hay veces que ponen el corralito y quedan autos estacionados adentro”, expresó Willie Kramp, referente de los vecinos de Pichincha.
A raíz de esto, hicieron una presentación formal en la Defensoría del Pueblo para que interceda en el asunto. Consultado por este medio, el director de Atención a la Ciudadanía del organismo, Leandro Piazza, adelantó: “Mandaremos notificaciones a los distintos organismos de control y fiscalización de la Municipalidad para que nos contesten algunas consultas”.
En los debates por la nocturnidad, los vecinos de Pichincha fueron los primeros en advertir sobre la continuidad de los decks en las calles.
La medida se adoptó durante los momentos más complicados de la pandemia, cuando los bares pudieron reabrir sus puertas tras meses cerrados pero con la condición de mantener el distanciamiento dentro de los locales. Esto obligó a buscar alternativas para tratar de que los negocios fueran medianamente rentables ante la disminución obligada de su capacidad.
Esta posibilidad surgió a partir de un decreto del intendente Pablo Javkin, que se firmó para resolver las urgencias de capacidad del sector gastronómico, en septiembre de 2020.
El decreto 1.259 remarca, en su primer artículo, que “mientras dure el distanciamiento social preventivo y obligatorio” se autorizará a los comercios del rubro mencionado “la colocación de mesas y sillas en el espacio público”; mientras que en un inciso del 3º punto de la normativa se señala que estas ampliaciones no podrán ser fijas ni permanentes.
No es la primera vez que los vecinos piden que se terminen los corralitos y las islas en la calzada. El año pasado ya habían solicitado públicamente que deje de regir el decreto por distintos problemas de circulación por las calles del barrio, principalmente por Alvear, Jujuy y Güemes.
En esa ocasión, algunos vecinos advirtieron que en distintas oportunidades las ambulancias no pueden acercarse a los domicilios donde se solicitan los servicios médicos, mientras que también dieron cuenta de las maniobras que tienen que hacer los camiones de bomberos cuando pasan por la zona en horarios pico.
Por su parte, señalaron que basta que un solo camión de residuos esté haciendo el servicio de recolección en una de las calles del barrio parque que se forme un cuello de botella importante, sobre todo a la noche.