Hace unos días antes del comienzo de la veda, anticipaba que si bien nadie se animaba a hablar de números finales, todos coincidían off the record que el escenario era de balotaje entre Massa y Milei, sin embargo pocos lo daban al ministro de Economía en primer lugar, y solo algunos se atrevían a hablar de triunfo con una buena diferencia a favor.
Si alguien te decía “Massa gana por 7 puntos el domingo” claramente lo ibamos a acusar de poco objetivo, o de expresión de deseo, asi como cuando Bullrich planteó en el cierre de campaña medio de pasada que iban a “ganar en primera vuelta”. Ambos escenarios eran imposibles… y sin embargo, ahí estamos en uno de ellos.
¿Por qué demoraron tanto en salir a hablar los candidatos de Unión por la Patria y la Libertad Avanza, si a diferencia de elecciones pasadas, los números ya habían cerrado una elección de balotaje? Las demoras, dicen por ahí, que responden a que ninguno tenía pensado un discurso en este escenario electoral. Milei no tenía ningún escenario en donde entraba al ballotage como segundo, y Massa, no tenía ninguno en donde estaba a pocos puntos de ganar en primera vuelta.
El escenario que viene de cara al balotaje
Javier Milei salió shokeado, golpeado a dar su discurso. Si bien su histrionismo le permite acomodarse, se lo notó incómodo por primera vez… ¿qué pasó? Por primera vez en esta campaña, la mitad de su discurso no era genuino. Dejar de hablar de casta para empezar a hablar de kirchnerismo, fue un golpe al ego tremendo. Empezar a hablar de “todos unidos los que queremos el cambio” fue otro duro párrafo para leer, cuando genuinamente el discurso siempre fue “arrasarlos a todos”. ¿Comprará el votante de Juntos por el Cambio más cercano a la derecha y al antiperonismo esta versión de Milei? ¿Aguantará Javier Milei este nuevo guión que se ajusta mucho menos al personaje del peluca que tan ensayado viene trancurriendo durante toda la campaña del libertario? Son los grandes desafíos que hoy tiene su espacio. Desde La Libertad Avanza, hablaron de “mejorar los voceros” por algunas ideas que no todos compartieron y que metieron ruido sobre el cierre de campaña… quizás más que mejorar los voceros, lo ideal sería consensuar las ideas de la plataforma electoral.
Por el lado de Sergio Massa, en este caso el guión sigue siendo el mismo, pero ahora si con el horizonte más claro y hasta con el respaldo que impica para cualquier persona “ganar una mano”. Con la imagen negativa que tiene el Gobierno Nacional de Alberto Fernández, y los flojos números que se vienen dando en la Economía, Massa era sin lugar a dudas el que peor se las veía de cara al proceso electoral, y sin embargo, entre la base peronista histórica, más un excelente trabajo de campaña, el ministro fue sin lugar a dudas el cuadro más serio con chances de llegar a ser Presidente. En la nota del jueves, remarcaba que muchos dentro de Juntos por el Cambio se lamentaban por el resultado en las PASO considerando que Larreta era una mejor opción. No hay forma de saber que hubiera pasado, pero escucharlo a Horacio en una nota con Fantino antes de las elecciones, pareciera que es mucho más Massa en su forma de pensar que Bullrich. Quizas también sea como muchos plantean, que el éxito electoral del oficialismo en estas elecciones y el tercer puesto de Juntos por el Cambio es más bien el fracaso de este último que las virtudes del primero. El gran desafío de Sergio Massa en estos días será sostener el panorama económico, tratar de empezar a darle forma a ese llamado y gobierno de unidad y seguirse mostrando como presidenciable y con los pies en la tierra, para contrastar con la figura desequilibrante de Milei.
